La tienda... intrigante: Especial Venecia

Como siempre, Chico y yo nos habíamos perdido caminando por Venecia, bueno, en realidad habíamos perfeccionado la técnica y ya no nos perdíamos, ya directamente seguíamos callejuelas al tuntún sin destino fijo, el objetivo era buscar un sitio con potencial factible para comer. Tras salir de una minicallejuela llegamos a una plaza donde había una tienda. Eso no parece raro del todo, el problema fue que nos fijamos en la tienda. En el escaparate había un maniquí de un hombre con una especie de batín (en plan batín de boxeador) de flores, en seda y todo de un verde manzana pastel. Desde luego era muy poco masculino..

Nos acercamos un poco más y había otros batines similares, uno con la bandera de  UK, otro estampado con fondo granate… dentro solo se veían luces de Neón apagadas y todo estaba decorado con la cruz luminosa de una farmacia en la esquina…

T: ¿Chico, qué es eso?

C: ¿No es un Sex Shop?

T: No sé…

Decidimos cambiar de fachada para mirar el otro lado del escaparate y así intentar dilucidar una explicación lógica para la función de aquella tienda. TACHÁN, ahí había un maniquí con el paquete… dejémoslo en definido…

C: Veees, tiene que ser un Sex Shop.

Entonces seguimos sin ver nada que realmente lo hiciera un Sex Shop, de modo que decidimos irnos, pero tras una columna estaba la puerta de entrada. No os emocionéis, estaba cerrado, no obstante, lo primero que llamaba la atención era el cartel colgando por dentro de la puerta.



Ya ahí nos empezamos a descojonar,  pero tras ver a un tipo muy emocionado haciendo fotos con una de esas cámaras gigantes (de esas que te hacen morirte de la envidia porque seguro que consiguen sacarte en la foto hasta la más mínima impureza de tu cara) al interior de la tienda desde la puerta. Como reflejaba el sol no podíamos ver qué era lo que había dentro, pero por supuestísimo como ya nos había picado la curiosidad esperamos a que mr. Tengounacamaprachupiguayytúno terminara. Cuando terminó nos acercamos a mirar…

El panorama resultó ser lo más bizarro (en el sentido más puramente inglés de la palabra, porque no había ningún vikingo valiente ni nada…) que he visto en muchíiiisimo tiempo.

Al parecer los batines esos se vendían mucho en esa tienda, pero eso no era lo raro. Lo realmente turbante eran los maniquíes que los vestían. Eran Señores con barba, ¿habéis visto un maniquí con barba? Yo no lo recordaba haber visto… y ahora me gritaréis  ¿TODO ESTE SHOW POR VER UN MANIQUÍ CON BARBA?, pues sí, porque es la primera vez que veo un maniquí con barba con tetas talla 90 por lo menos, paquete y tacones incluidos en las propias piernas del maniquí…




En fin, luego nos fuimos a comer cerquita de la tienda misteriosa y cuando volvimos TACHÁN, la tienda estaba abierta, pero yo ya había cogido tal trauma con el escaparate que decidí que ya tendría bastante con ese engendro que la humanidad había fabricado y que prefería dormir tranquila esa noche… así que no entramos… creo que Chico aún me odia por ello, el quería ver más cosas bizarras, y lo cierto es que la tienda prometía mucho…