De compras…

Sí, lo de comprar se me da muy bien, voy a tiendas y tengo un ojo genial para saber cuando unos pantalones te van a quedar bien y cuando no, y hago conjuntos mentales que quedan superdivinosdelamuerteosea… Así que hoy mi gran hacer debía ser ir a comprar

BIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEN

Comida

MIEEEEEERRRDDDAAAAAAA

Nunca compro comida, soy de esas que viven en un hotel y los papis se encargan de la compra… o cuando voy con ellos, ayudo, pero somos tres y tenemos un coche a nuestra disposición, así que vamos a un supermercado y listos, cargamos para toda la semana/mes.

Informaré que en mi casa tenemos dos neveras, porque con una solo no nos basta. (Hay que reconocer que la de la cocina es chiquitina para que encaje con los muebles). Y mis neveras siempre están llenas, a rebosar, hay de todo lo que puedas imaginarte en varias capas en precario equilibrio para que todo quepa.  Mi despensa está igual de llena, y meter y sacar las cosas de los congeladores se hace a machetazo limpio, porque sinó no hay tutía.



Como nos íbamos a la playa, vaciamos la nevera dejando solo botellas de agua y poco más que bebidas y algún envase al vacío, se que a mucha gente le parecería una nevera normal lo que yo considero una nevera vacía pero bueno…

Cuando vine el otro día me morí al ver que estaba tan vaciita, y ayer antes de venirme para aquí le dije a mi madre, ya pasaré a comprar cuatro chorradas, y ella me dijo, claro, pero como nosotros iremos en seguida compra solo lo indispensable. Me pareció bien, era lo que pretendía.

Así que hoy me he dispuesto a ir al super más cercano a mi casa, (está a una calle, medianamente larga y algo cuesta arriba para subir) mi madre me había dicho, compra zumo de naranja así que en un alarde de vagancia he cogido el carrito de la compra, que en realidad es una cosa que acumula polvo y que sirve de armario de tuppers porque está llenísimo. Lo he bajado de su palometa-condena, he sacado doscientos millones de tuppers de dentro y me he ido con  el carrito de la compra, como las yayas.



Y la gente me miraba raro, porque claro, ver a doña Clotilde con el carrito, es normal, pero a una tipa de veintitantos años, pues no tanto… incluso un tipo con unas pintas de esas deplorables con un pantalón de Adidas-mercadillo, una camiseta militar imperio cuatro tallas pequeña con ribeteado naranja y una cresta decolorada me ha mirado y se ha puesto a descojonarse… (Lo sé, soy una pija o sea… pero que se te descojone alguien con esa camiseta es un pelo humillante).  Que conste que no era egocentrismo, porque en un alarde de humildad de esos que se pasan por mi mente dos veces cada año dije… tal vez no se ríe de mí, pero sí, miré a mi alrededor y no había más posibilidades.

En fin, que llegué al super, y vi más carritos y yo…  dejé al mío entre sus congéneres, y me quedé un poco preocupada porque claro, tanto tiempo colgado, seguro que ya no estaba al día con el vocabulario carriloso nuevo, y no quería que los demás carro super molonguis y modernos le hicieran burla, pero me tranquilicé pensando que los cuadros negros y azules son siempre elegantes y que parecería el yayo de todos y los yayos molan.

Así que he cogido el carrito y he entrado al super, y he visto las patatas, UNA CASA NO PUEDE VIVIR SIN PATATAS (patatas de 3kg), y las ensaladas… (dos lechugas romanas)(un paquete de canónigos), y el tomate… (un kilo de tomate de ensalada), y claro si quiero arreglarme algo, (pimiento verde y pimiento rojo y un saco de un kilo de zanahorias), y algo de fruta (melocotones).  Así salgo de la sección verdulería/frutería con unos siete kilos de más… y eso que yo siempre abomino de la gran mayoría de las cosas que crecen del suelo…

Panadería, pán rústico para estos días que aquí es fiesta, ñam con cereales, y una de pan bimbo, por si hago sándwiches, galletas de dinosaurios, todo un clásico (y eso que no tenían de las minis…) y croissants para el desayuno.

Un yogurt y flanes, una pizza, merluza para cenar, y una lasaña ya hecha para no tener que complicarme la vida cocinando, espuma para el pelo, dos litros de zumo recién exprimido y pequeños bricks de zumo, longanizas, queso para el tomate y jamón york, porque una casa siempre tiene que tener jamón… Tres paquetes de Frankfurt porque siempre te pueden sacar de un apuro…

Tras un ratito de compras salgo, cojo el carro y hago que se despida de sus compis… seguro que ahora todos le respetan, empiezo a meter la compra… MIERDA, NO CABE EN EL CARRO… así que he acabado subiendo la cuesta, con toda una solana y cargada como una mula.

Cuando he llegado a casa he llamado a mi madre y le he contado la expedición esperando una bronca morrocotuda por comprar tanto, pero he empezado mi relato

T. Jo Má, es que he entrado y estaban las patatas y claro, no podía estar en casa dos días sin patatas…

M. No, claro que no, ¿cómo vas a estar sin patatas? ¿Y fruta, has comprado fruta?

T. Sí Má , melocotones, y también pimientos y …

M. Claro, claro y ensaladas…

T. Sí má, y…

M. Has comprado zumos?

T. Sí má, y yogurt y …

M. Muy bien

T. Y merluza, que me apetecía pescado

M. Claro y …

(etc…)

M. Claro, estoy super orgullosa de ti, que responsable eres.

T. Ya… porque compro… en realidad es que la nevera me daba pena tan vacía…

M. Jo, sí… la verdad (vocecita de lástima… REAL) estaba tan desnuditaaaaa…

Y JUSTO AHÍ ME HE DADO CUENTA….

SOY IGUALITA QUE MI MADRE

(al menos como ama de casa en versión compradora compulsiva…).

Bueno… la verdad… es que si me tengo que parecer a alguien en eso… que sea a mi madre me parece bien *.*