domingo, 27 de marzo de 2011

Un día ajetreado

Ayer fue un día curioso, y como ya sabéis, en muy rara ocasión yo tengo vida social, con lo que me mola a mí lo de vivir encerrada en mi cuarto viendo series... El caso es que por esas cosas que tiene la vida, de repente me vi enfrascada en dos citas en un mismo día. Quedé para hacer una barbacoa con Twindy (T) y Moichita (M)y por la noche cuatro amigas de Chico se habían juntado para celebrar sendos cumpleaños la misma noche, preparando todo un evento misterioso.

Yo me levanté prontito y me fui a dar una clase, mientras tanto Chico me iba Whatsappeando (ohhh tengo que hablaros de Angus, un día de éstos haré un post sobre él pero así en plan espoiler os diré que me he comprado un Smartphone monérrimo) utilizándome como personal shopper online para conseguir un outfit (esa palabra inglesa posmoderna que quiere decir un conjunto de prendas que más o menos combinen y resulten apañadicas) apropiado para el evento misterioso. Mi pobre alumna se meaba de risa cuando le explicaba que mi novio me pedía consejos de moda a través de mensajes por internet mediante smartphones y nos llamaba frikis.

Cuando la clase se terminó me fui a coger a Stacy (mi netbook) que íbamos a utilizar de aparato de música y un juego de mesa que T había requerido y quedé a los diez minutos con M para ir a casa de T. Esos diez minutos los utilicé en buscar colores en la guía Pantone y pasarle las referencias a Chico para que tuviera una guía de lo que tenía que comprarse y lo que no.

Moichisister nos llevó a casa de T, T vivía en mitad del campo, así como cuando acaba la ciudad... pues como más lejos, y cuando éramos pequeñas y era mi padre quien nos llevaba nos perdíamos siempre, pero siempre siempre. Ahora que los tiempos han evolucionado, han urbanizado toda la zona, y ahora la casa de T está en una calle (con asfalto y todo), han tenido que poner puertas y cámaras de seguridad, parece que entras a la finca de un marqués. El caso es que pese a que ahora hay calles y está todo urbanizado, yo sigo perdiéndome cada vez que voy... es como una colmena de callecitas clónicas... horrible, pero ayer guiamos a Moichisister y llegamos a la primera. (Sé que esto no es muy interesante para vosotros, lectores, pero es que son ya más de diez años de constates griteríos dentro de un coche diciendo “QUE NOOOO, QUE NOS LO HEMOS PASADO” “¡No digas tonterías, que es por aquí!”, “pues yo creo que deberíamos haber ido por el otro lado...”... y llamadas de móvil, “¿T, ME PUEDES EXPLICAR DÓNDE LECHES ESTOY Y COMO LLEGO A TU CASA DESDE AQUÍ?” o peor, llamadas de T “¿Ya os habéis perdido?” y es como... un gran momento para mí).



T, como siempre, obsesionada con ser la mejor anfitriona del mundo mundial, había preparado nuestras bebidas favoritas, todos los cacharros necesarios para hacer la barbacoa, Twindyuncle nos había preparado la hoguera ya... T me preparó un Americano que estaba muy rico y mientras ella iba salando la carne y separándola yo la cocinaba en la barbacoa y M nos hacía de pinche y ponía la mesa...

Hicimos demasiada comida, no nos comimos ni la mitad, pero todo estaba riquísimo. Mientras le daba vueltas al ternasco Chico seguía whatsappeando sobre su outfit... y yo iba twitteando las fotos que iba haciendo (empiezo a plantearme que mi alumna tenía razón, somos unos frikis).



Comimos y empezamos con una partida de Eurosuperpoly (versión cutre del Monopoly), la partida duró unas cinco horas y acabamos en Corralito porque hicimos caer a la banca en bancarrota mientras todas nosotras nos forrábamos... ¿No es triste?, yo era una oligarca con una cantidad indecente de propiedades, T era una ricachona que repartía su fortuna en cash y unas cuantas propiedades y M había invertido en el sector público y poseía las centrales eléctricas, depuradoras de agua, y las lineas ferroviarias de modo que había recaudado una considerable fortuna.

De vuelta para casa empecé a arreglarme para el misterioso evento, ducha, maquillaje, pelo y ropa en menos de una hora... un récord para mí... yo sabía que no iba a llegar ni loca al punto de reunión así que le pedí a Anisdelmono que me llevara con coche una vez estuviera lista, porque nunca salgo con coche y así él se lo traía de vuelta. Yo sabía que Chico había quedado con sus amigos una hora antes así que le llamé para ver si no habían cambiado los planes y si ya estaban en el punto de reunión porque yo estaba saliendo de casa y ya era la hora en cuestión. Él se rió y me dijo que no corriera, que aún no había llegado.

Anisdelmono y yo llegamos al punto de reunión y efectivamente no había ni Dios, yo empecé a mosquearme... en una fiesta que cuenta con 20 invitados, sé que la gente no es muy puntual, pero si yo ya llego diez minutos tarde, ¿no debería al menos haber alguien?. Le pedí a Anisdelmono que se quedara conmigo, porque el sitio ese no es muy recomendable para una chica sola de noche y esas cosas, él obviamente se quedó... yo whatsappeé a Chico preguntando qué donde leches estaban y nadie me contestó. Cada vez yo estaba más mosca y el pobre Anisdelmono ahí esperando conmigo... y de repente, aparece una limusina tamaño mastodonte macho:

A: ¿No serán esos?

T: No, ¿Cómo van a ser esos?

*En ese momento se abre la ventana del techo de la limusina y N saca todo su cuerpo por ella*

T: OH DIOS MÍO, ESA ES N

A: ¿La conoces?

T:Creo que es N, la amiga de Chico.

*La puerta de la limusina se abre y R y J bajan*

T: Esos son R y J, OH DIOS MÍO, SON ELLOS.

*Ojos abiertos con carota de Doc O.O*

T: Ok, supongo que iré...

A: Supongo que si van en limusina, llevarán cámaras de fotos, ¿verdad?

T: Más les vale. Hasta luego...

Así que me bajé del coche y me fui acercando a la limusina, R me vio y gritó:

R: ¡CHICOOOOO, TAQ ESTÁ AQUÍ!

T: Eso es una limusina. (Sí, ese es uno de los grandes comentarios que yo hice anoche...)

Chico se bajó de un salto te la limusina (por cierto, el outfit diseñado by Whatsapp quedó de lujo, Chico estaba guapérrimo).

C: Hola

T: Eso es una limusina.

C: Sí.

T: Eso es una limusina.

C: Ajá.

T: Pero Chico, es que eso es una limusina.

C: Lo sé, me acabo de bajar de ella, sube si quieres.

T:¿Por qué has venido en limusina?

C: Porque éstas están locas y mola un montón.

T: Eso es irrefutable.

Así que agarré a Angus y mientras ponía el primer pie encima del escalón para subirme a la limusina twitteaba “Estoy en una limusina O.O”. Y sí, efectivamente estaban todos dentro de la limusina, donde llegamos a entrar unas veinte personas, todas con nuestras copas de Champagne (que por cierto, es uno de los pocos Champagnes cuyo gusto no me ha repugnado, hasta me bebí mi minicopita), repartían bombones y galletitas y la música estaba a toda leche mientras las lucecitas de colores del techo se encendían y apagaban y R jugaba con el flash de su cámara de fotos hipermegaprofessional haciendo el efecto este de luz parpadeante provocadora de ataques epilépticos.

A: ¿No es un sueño realizado?

T: Pues un sueño, lo que se dice un sueño, no, pero mola que te cagas...

El conductor era un tipo enrollado y dejó que J condujera el mastodonte por el párquing del campo de fútbol.



Chico y CT se bajaron para cedernos su puesto en la limusina a M (la novia de CT) y a mí y así fue como acabé yendo a un restaurante pijo de la muerte osea montada en limusina.

La gente de por la calle nos miraba y señalaba y nosotras seguíamos haciendo fotos y riéndonos.

Las cumpleañeras se metieron al restaurante a preparar la siguiente sorpresa mientras nosotros nos despedíamos de la limusina y cuando entramos nos habían dejado tarjetitas con nuestros nombres, como en las bodas, los camareros nos iban dando copas de Champagne mientras dejábamos nuestros abrigos en el guardaropas, ese Champagne sí era repugnante.

Junto a nuestros sitios había tarjetitas que resultaron ser un juego que pondríamos en práctica durante la cena. Cada tarjeta tenía dos órdenes que deberíamos seguir durante la cena las mías fueron:

  1. Cada vez que escuches la palabra “plato” tienes que proponer un brindis.

  2. Cada vez que alguien grite “FOTO” tienes que correr y ponerte detrás.

Me temí mucho lo peor durante muuuucho rato, pronto descubrimos que una de las pruebas de CT era que cada vez que alguien pedía a otra persona que le rellenara el vaso, él tenía que pedir que le pusieran también a él, así que todos lo torturaron mucho y cada dos minutos pedíamos que nos rellenaran el vaso. M empezó a esparcir rumores disparatados provocando varias carcajadas, de repente yo me levanté y propuse un brindis ante la atónita mirada de Chico, empezó a descojonarse y a decir, OK, eso es culpa de la tarjeta seguro... Cada vez que alguien se levantaba CT tenía que ocupar su lugar y N ocupaba el de CT. Había brindis sin ton ni son en mitad de la cena y una pobre chiquilla tuvo que acabarse todas las ensaladas rebañando los platos, otra hacía imitaciones y la otra abrazaba a la gente. Yo fastidié alguna que otra foto de las cumpleañeras y forcejeé con Chico para que no leyera mi tarjeta y no me torturara durante la cena, porque aunque sabían cuales eran mis pruebas no sabían cuales eran las palabras clave y por suerte sólo me tocó hacer un brindis. Además, había minimagdalenas, que eran supermonas.



Fue una cena divertida.

Luego se repartieron los regalos, y vimos un vídeo de esos con fotitos y vídeos de cuando las cumpleañeras eran renacuajas, después vinimos a bailar y yo me morí de pena mientras escuchaba las versiones chumbachumbaizadas de canciones que en algún momento de la historia fueron majas.

Weird day...

PD. Las caras de la foto están pixeradas a posta, que no tengo permiso de nadie para publicar nuestros caretos por el internése, no me vaya a meter en problemos de derechos de imágen y esas cosas, así que yo, como el Diez Minutos y los menores de edad. Pero es caso es que éramos nosotros, de verdad de la buena.

1 comentarios:

anisdelmono dijo...

En calidad de testigo presencial, debo decir que la foto de la limusina la recorta en varios metros, si tuvieran que desalojar Japón, bastarían diez o doce viajes.

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