lunes, 16 de enero de 2012

Desorientación interlecturil

Me ha pasado innumerables veces, empiezo un libro y llega un momento en que estoy tan sumamente introducida en mi imaginación que cuando salgo estoy completamente desorientada, no sé si es mañana, tarde, noche, nada, me toca hacer ejercicios de memoria para poder ubicarme. Me pasa desde que era cría, si un libro me encanta, consigue desubicarme completamente.
Todo esto lo cuento, no para que penséis que estoy enferma, más bien para repetir que éste es mi hábito de lectura, que si un libro me gusta, no hace falta que sea que me encante, con que me guste un poco, ya estoy perdida y no haré nada hasta que lo haya terminado.
  Se han terminado.
Me he pasado todo el día leyendo como una posesa, empecé anoche a eso de la una y media de la madrugada, me he ido a dormir a las cuatro y algo porque cada vez que decía en media hora me voy a dormir, a la media hora estaba pasando algo tan interesante que ¿cómo lo iba a dejar ahí? Al final conseguí irme a dormir porque paré en una especie de fin de libro interno... o algo así pero vamos... horrible, y esta mañana me he levantado tardísimo, he comido directamente y me he puesto a leer hasta que lo he terminado.
No os voy a contar el libro, dejaré eso para otro post. Os quería hablar de lo maravilloso que es encontrar un libro que te gusta tanto que no quieres hacer otra cosa que no sea leer. Si no os ha pasado eso, es que aún no habéis encontrado vuestro libro.  

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