Los Juegos Olímpicos: La ceremonia.

No voy a engañaros, a mí los Juegos Olímpicos me importan un pepino porque no entiendo ni lo más mínimo de deportes. Ya no es que sea una negada al practicarlos, que también, es que encima me aburro mortalmente viéndolos en la tele. Si es gimnasia o natación sincronizada aún aguanto porque me parece curioso, pero sino... madre mía, son una tortura.

Como tal, diré que creo que nunca había visto una Ceremonia Inaugural de los JJOO antes, recuerdo haber visto cachos de la de Pekín, y repeticiones de la de Barcelona, es posible que la de Sidney la viera completa pero la he borrado completamente de mi memoria, y Atlanta ya, ni te cuento... como si no hubiera ocurrido nunca, de modo que hoy por primera vez, me he sentado frente a la tele a esperar a que empezara la ceremonia. Creo que tiene que ver con que Londres es mi ciudad favoritisíma del mundo mundial y aunque sea verla de lejos, me gusta mil millones, pero el caso es que la he visto y ya os espoileo el resultado, me ha encantado.

Empezar convirtiendo el estadio en la campiña inglesa de Hobbitton es algo que no me esperaba en absoluto, las canciones tradicionales irlandesas e inglesas me gustan tres millones, y Kenneth  Branagh por ahí recitando a Shakespeare ha hecho que todo oliera British desde el primer momento.

La cantidad indecente de gente que ha trabajado recogiendo el césped e industrializando la campiña se merece un buen bocadillo para recuperar fuerzas. Habitualmente no soy nada fan de Mr.Bean aunque Mr. Atkinson me cae bastante bien, pero el sketch no ha estado mal. J.K. Rowling ha leído algo de Peter Pan (que reconozco que no me gusta demasiado, pero oye, quedaba bien con el contexto), y un Voldemort gigante se ha apoderado del campo lanzando chispas con su enorme varita con una de las plumas de la cola de Fawks (eso me ha hecho perdonar que no haya sido David Tennant quién haya llevado la antorcha olímpica, ha sido muy inteligente lo de mantener la vena de los frikis aplacada con ése guiño) y lo han vencido un puñado de Mary Poppins, ¿qué más se puede pedir?.

El cacho más flojo, en mi opinión, la historia romántica acompañada de las musiquitas, pero bueno, eso tiene que ver con que no soy gran fan musiquera y poco moñas, no obstante se me ha quedado metida en la cabeza Sweet Dreams y eso siempre mola.
El cacho de las palomas ciclistas era muy bonito y el pebetero me ha parecido el más bonito que ha habido nunca, con una gran diferencia.

Hasta aquí todo parece bonito, ¿verdad?
Bueno, pues tengo una crítica enorme, y lo creáis o no, no es hacia el traje de los españoles, que telita...no, es hacia las comentaristas de TVE1 que nos han retransmitido la gala. Voy a ponerlas verdes... no sé, no lo tengo claro, pero se supone que será gente que haya estudiado periodismo... en todo caso, al menos, habrán estudiado castellano en el colegio. Pues lo disimulaban excesivamente bien, no han construido ni una sola frase bien, han pateado la gramática española una y otra vez, cosa que me repatea. No sólo eso, han leído un pedazo de la Tormeta de Shakespeare, otro de Peter Pan, y no han tenido la decencia, ya no de subtitularlo, ni de traducirlo, es que ni si quiera han explicado de qué iban los textos, que por otra parte, eran los que daban pie a las actuaciones posteriores... Pero tranquilos, que ya que no nos daban la información que los participantes en el acto daban, como tenían sus chuletas y ya habían visto los ensayos, nos chafaban todo lo que iba a pasar, oh, mirad, ahí vienen unas sábanas con las que nos harán una ecografía porque el tipo que inventó el ecógrafo era inglés... ejem, señoras, EL ELEMENTO SORPRESA SE VA AL GARETE CUANDO EXPLICAS LAS COSAS ANTES DE QUE PASEN, cofcof, que vale, que entiendo que la gente no tiene porqué saber quién inventó el ecógrafo, y conviene que lo aclaren porque para eso les han dado la chuleta, pero hijas mías, explicadlo cuando hagan la ecografía, no antes... Pues nada, lo han hecho ochenta veces, cada vez que iba a pasar algo raro, nos lo avisaban... muchas gracias.

Por otra parte, el Hey Jude ha sonado como el culo, pero se lo perdonamos a la momia de Paul , porque ha dejado que el público participe mucho.

En fin, si me animo, ya os diré si me animo a ver alguna competición estos días.

El futbol en Alemania

No me gusta el futbol, me parece un rollo repollo, nunca he sido capaz de ver un partido entero, he visto partidos de vóley, de baloncesto, he visto campeonatos de rítmica, de natación y waterpolo, atletismo e incluso hockey, pero no soporto el futbol.

Vivo en una ciudad catalana y aquí todo el mundo siente últimamente devoción por el fútbol, y por el Barça, tanto que he llegado a desquiciarme en ciertos periodos del año en los que el fútbol me rodeaba, me parecía una afición enfermiza y me enervaba mil.

Hoy, esa afición, me parece para chicos pequeños después de estar una semana en Frankfurt durante el mundial de futbol.

Cuando llegamos nos registramos en el hotel al son del primer gol de Alemania y la recepcionista se puso a dar saltitos, habían cortado la calle del hotel para poner paradas de Frankfurts y ver el partido en teles gigantes, todo el mundo estaba en la calle, viendo el partido, con banderas de Alemania, y dando gritos como locos.

Nos pareció un poco exagerado, pero bueno, era Alemania quién jugaba y pensamos que allí habría mucha afición.

Alemania ganó, y aunque era un domingo por la noche y el lunes era un día laborable, los coches no dudaban ni un solo minuto en tocar el claxon bien fuerte en plena madrugada para celebrar la victoria.

Al día siguiente pensamos que ya habría pasado la locura, pero nos dimos cuenta que cada 70 metros había una paradita que se encargaba de vender banderines de todos los países… ahí deberíamos haber sospechado algo, y es que cuando llegó la una todos volvían a estar en sus puestos viendo el partido de Brazil contra dios sabrá quién como si les fuera la vida en ello (es posible que no fuera ése el partido porque mi memoria para estas tonterías es completamente nula). Todos gritaban como locos y daba miedo pasar entre la terraza del bar en cuestión y la televisión que retransmitía el evento. La ciudad estaba llena de ambas, televisiones y bares y sobretodo aficionados que se pintaban los colores de la selección en cuestión (fuera la que fuera la que jugase en ese momento) y se vestía de sus colores.

Luego nos dimos cuenta que había en el centro de la ciudad dos pantallas gigantes a lo cine al aire libre y un terreno cercado para ver el mundial como si estuvieran en el estadio, lleno de aficionados equipados y gritando ITALIA (ese era el partido de ese día).

Al día siguiente nos encontramos a muchísima gente vestida rojiamarilla con banderas de España gigantescas y toros de Osborne, los colores pintados en la cara, obviamente eran todos alemanes y a mí casi me entraba culpabilidad de querer que perdieran para que al volver a casa no me bombardearan con más futbol.

Así fueron pasando los días, entre sonidos de vuvucelas que ya se habían comido nuestro cerebro (sobre eso habrá otro post) y gente coloreada por las calles.

Lo peor fue cuando la taquillera de la Main Tower al ver mi carnet de estudiante y comprobar que era española me metió una bronca tremenda porque España hubiera perdido contra Suiza, y yo con una cara de poker tremenda (que me interesaba que me hiciera el descuento y no iba a ponerme borde) pidiendo disculpas y haciendo bromas sobre futbol como si me importara un bledo algo…

La conclusión, los alemanes están completamente locos por el futbol, respiran y se alimentan de él… QUÉ HORROR.