No me gusta el futbol, me parece un rollo repollo, nunca he sido capaz de ver un partido entero, he visto partidos de vóley, de baloncesto, he visto campeonatos de rítmica, de natación y waterpolo, atletismo e incluso hockey, pero no soporto el futbol.
Vivo en una ciudad catalana y aquí todo el mundo siente últimamente devoción por el fútbol, y por el Barça, tanto que he llegado a desquiciarme en ciertos periodos del año en los que el fútbol me rodeaba, me parecía una afición enfermiza y me enervaba mil.
Hoy, esa afición, me parece para chicos pequeños después de estar una semana en Frankfurt durante el mundial de futbol.
Cuando llegamos nos registramos en el hotel al son del primer gol de Alemania y la recepcionista se puso a dar saltitos, habían cortado la calle del hotel para poner paradas de Frankfurts y ver el partido en teles gigantes, todo el mundo estaba en la calle, viendo el partido, con banderas de Alemania, y dando gritos como locos.
Nos pareció un poco exagerado, pero bueno, era Alemania quién jugaba y pensamos que allí habría mucha afición.
Alemania ganó, y aunque era un domingo por la noche y el lunes era un día laborable, los coches no dudaban ni un solo minuto en tocar el claxon bien fuerte en plena madrugada para celebrar la victoria.
Al día siguiente pensamos que ya habría pasado la locura, pero nos dimos cuenta que cada 70 metros había una paradita que se encargaba de vender banderines de todos los países… ahí deberíamos haber sospechado algo, y es que cuando llegó la una todos volvían a estar en sus puestos viendo el partido de Brazil contra dios sabrá quién como si les fuera la vida en ello (es posible que no fuera ése el partido porque mi memoria para estas tonterías es completamente nula). Todos gritaban como locos y daba miedo pasar entre la terraza del bar en cuestión y la televisión que retransmitía el evento. La ciudad estaba llena de ambas, televisiones y bares y sobretodo aficionados que se pintaban los colores de la selección en cuestión (fuera la que fuera la que jugase en ese momento) y se vestía de sus colores.
Luego nos dimos cuenta que había en el centro de la ciudad dos pantallas gigantes a lo cine al aire libre y un terreno cercado para ver el mundial como si estuvieran en el estadio, lleno de aficionados equipados y gritando ITALIA (ese era el partido de ese día).
Al día siguiente nos encontramos a muchísima gente vestida rojiamarilla con banderas de España gigantescas y toros de Osborne, los colores pintados en la cara, obviamente eran todos alemanes y a mí casi me entraba culpabilidad de querer que perdieran para que al volver a casa no me bombardearan con más futbol.
Así fueron pasando los días, entre sonidos de vuvucelas que ya se habían comido nuestro cerebro (sobre eso habrá otro post) y gente coloreada por las calles.
Lo peor fue cuando la taquillera de la Main Tower al ver mi carnet de estudiante y comprobar que era española me metió una bronca tremenda porque España hubiera perdido contra Suiza, y yo con una cara de poker tremenda (que me interesaba que me hiciera el descuento y no iba a ponerme borde) pidiendo disculpas y haciendo bromas sobre futbol como si me importara un bledo algo…
La conclusión, los alemanes están completamente locos por el futbol, respiran y se alimentan de él… QUÉ HORROR.
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4 comentarios:
El futbol en Alemania « La vida es linda...
I found your entry interesting do I've added a Trackback to it on my weblog :)...
Leído por ahí:
"Hay gente que piensa que el fútbol es cosa de vida o muerte. Y no. ¡Es mucho más importante!"
Futbol sucks
Comentando como querías...
Acá no se llega a tanto pero igual...
La gente parada afuera de cada negocio donde venden televisores...
Las banderas, las camisetas, las caras pintadas T_T
Mi hermana va y se pinta las uñas celeste y blanco ... No una uña de cada color, no, cada uña celeste con una raya blanca -.-
Buen, por lo menos acá nos limitamos a hacer quilombo por nuestro país
Pero lo peor de todo es que esto termina, si... pero en 4 años empieza de vuelta
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