domingo, 7 de febrero de 2010

Fiebre del sábado noche

Vivo en una ciudad pequeñita, en la que nunca pasa nada interesante a parte de un par de asesinatos, que eso siempre le da algo de postín a las ciudades… el caso es que hay UNOS multicines, para encontrar otros  hay que ir a un minipueblo cercano, ¡Qué ya es triste!. El caso es que este mes pasado abrieron un teatro gigantesco (en proporción con el resto de la ciudad, obviamente) y traen funciones que… digámoslo de una manera suave… merecen la pena…

Como no hay nada mejor que hacer, y todos somos borreguillos, nos pegábamos por las entradas, hay seis espectáculos programados, cada uno dura cuatro o cinco días, y obviamente todas las entradas están agotadas ya.

Moichí, Twindy y yo decidimos ir a ver Fiebre del  Sábado Noche, ya que a las tres nos molan mil los musicales. Yo había visto la película, ellas no. A mí la peli nunca me gustó… quitando a Travolta llevando los cubos de pintura con aire chulesco, el resto de la peli me pareció aburrida, pero oye, música en directo siempre es música en directo.

La función fue ayer, en el precio de la entrada iba incluido el parking y el guardaropa. La verdad es que el parking era genial, ancho, las pendientes poco pronunciadas, sitio para maniobrar, empelados que te conducían. La única crítica, es que no había señaladores de ningún tipo para recordar donde habías dejado el coche, ni en qué nivel del parking estabas ni en que celdita… pero bueno, como tampoco era muy grande, no perdimos el coche…

Luego entramos al Edificio, dejamos nuestros abrigos en poder de las guapísimas azafatas del guardarropa. Y estuvimos curioseando por una exposición de maquetas de edificios. Luego subimos, la sala se iluminaba de distintos colores, las paredes eran de colores con hojas, había un bar de bebidas y una barra con bocadillitos, además del típico “stand” con merchandising del musical.



La sala principal, el teatro vamos, era precioso, todo negro con asientos rojos y en las paredes árboles de luz y estrellas brillantes en el techo. Además, se veía todo bien desde cualquier parte del teatro, cosa qué es de agradecer.

La obra… en fin… la historia, tan poco prometedora como la película. El protagonista cantaba y bailaba muy bien, la protagonista era completamente vulgar… alguien muy obviable.  El secundario era el que mejor cantaba y sin duda el que más me gusto. La secundaria… no tengo palabras… era malísima, cuando cantaba entraba fuera de tono, desafinaba y berreaba cual cerdo en el matadero, no vocalizaba NADA, así que no entendí absolutamente nada de sus canciones… vamos, un asco de mujer.  Los bailarines, todos decentes, en especial las dos parejas del concurso, al parecer los primeros salían en el programa Fama, pero como yo nunca lo he visto no sabría decir… la pareja de puertorriqueños me pareció espectacular, y sin duda fue lo que salvó a la obra.

Las traducciones de las canciones casi hacen que nos cortemos las venas... por el amor de dios... ¡¡¡DEJAD DE RIMAR NIÑO CON CARIÑO!!!...

¿Volvería a pagar 40€ por dicho espectáculo? Ni jarta vino…

Pero no estaba tan mal… por la mitad de precio hubiera sido más justo.

Me quedé con la sensación de que deberíamos haber comprado entradas para Carmen (si es que hubieran quedado… que esa es otra…).

1 comentarios:

Facu dijo...

Oh, yo quiero musicales acá también u.u

Aunque seguro que a mi me hubiera gustado seguro u.u

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