miércoles, 16 de diciembre de 2009

London: Día 2

La habitación era una pasada, realmente grande para estar en Londres, con escritorio, sus percheros (era como un armario pero sin armazón), su pantalla plana, camas grandes, calefacción, aire acondicionado, un baño con ducha cómoda y las cosas que suele tener un baño. La decoración moderna y funcional. Vamos, un buen hotel de tres estrellas como en España pero con la aterradora moqueta de los hoteles londinenses (¡¿Qué sería de una experiencia en Londres sin moqueta en el hotel?!).

Sábado


Dormimos cómodamente y fuimos a desayunar (el hotel incluía desayuno en el precio). Croissants (la verdad es que no estaban muy ricos), bollitos, tostadas, muffins, queso, mantequillas y mermeladas, cafes, tés, zumos, fruta en almíbar, huevos duros y cereales. Vamos, que con hambre no te quedabas y quitando los croissants, todo estaba rico.

Fuimos hasta la parada del metro, mi sra. madre comprobó que no habían más de cinco minutos entre el metro y el hotel. Compramos las Oyster con sus Travelcards y nos fuimos directitos a Westminster. Cuando salimos del metro tuvimos el London Eye a la izquierda, el Big Ben delante y la Abadía de Westminster a la derecha. Vamos, una vista por recordar (aunque personalmente, me gusta más la salida por debajo del Big Ben, es más… impresionante). Hicimos las fotos de rigor y nos fuimos a hacer fila para entrar a Westminster Abbey  mientras nos cruzábamos con los múltiples manifestantes que se reúnen en el emblemático lugar.



Pagamos religiosamente nuestra entrada para Westminster (£15 adultos, £12 abu y yo, la estudiante) la verdad es que es caro, pero merece la pena, además era la única entrada  pagada prevista para todo el viaje, así que no dolió demasiado. Además, el precio incluye una audioguía en el idioma deseado, que te permite disfrutar al máximo de la visita. Vas a tu ritmo y lo ves toooodito enterándote de la historia del lugar que es… WOW. Pocas veces he visto algo con tanta historia como Westminster, y además de eso es tan bonita… la arquitectura es completamente distinta a la que estamos acostumbrados por aquí abajo, y las vidrieras y los arcos y la tropecientasmil tumbas… Jo, me emociono hablando de Westminster. Mi madre y mi abu disfrutaron de la visita como unas enanas, mi abu no soltó su audioguía en toooodo el rato, hasta aprendió a usarla.

Después de vuelta al metro nos cruzamos con una bici-manifestación contra el cambio climático. Los cascos de los ciclistas iban decorados con bolas del mundo y sus maquillajes eran... interesantes.

De ahí nos fuimos hacia Notting Hill y sus calles, que como era sábado podíamos ver el mercado de Portobello y aprovechar para comprar regalos para los amigos. Vimos las casitas y los Masseratis y Ferraris (Sí, los odiamos a todos muchito) y empezamos a buscar un sitio para comer y sentarnos, que ya estábamos muy cansaditos todos. Yo encontré el sitio donde comí el año anterior mi desayuno inglés (riquísimo) pero estaba llenísimo, así que optamos por un restaurante italiano cercano. La Pizza al horno se medía por metros así que nos trajeron un Pizzón de pizzas reunidas que estaba riquíiiisima. Y la pasta, también memorable, la mejor carbonara de mi vida y eso que hasta ahora la de Venecia ostentaba el título con una diferencia arrolladora.  En fin… que como siempre recordé entre risas eso de que en Londres se come fatal (jo, yo cada vez que voy, seguríisimo que vuelvo con varios kg de más).

Luego fuimos de arriba abajo en Portobello, mi padre se quedó con las ganas de seguir revolviendo y de entender inglés para poder comprarse un montón de libros de segunda mano.



Nos fuimos al hotel para descansar, pero antes pasamos por el Marks & Spencer del barrio, donde convencimos a abu para que se comprara unas botas puff. Nos costó dios y ayuda pero al final se las compró y desde luego fueron la mejor compra que hicimos en Londres. Abu nos se las quitó a partir de ese momento, fue comodísima y aguantó como una jabata, de hecho, en un ataque de envidia, el último día me compré yo unas en negro, que aunque feas como ellas solas son tan cómodas y calentitas que ¿Quién podría resistirse?.

Ese día, de cena fuimos a por un menú del KFC que estaba riquísimo, aunque al final se quedaron con mis panochas de maíz (malos malosos) pero cuando nos dimos cuenta ya estábamos en el hotel y no había ni una sola posibilidad de que bajáramos a reclamar.

Vimos Star Wars VI en v.o. subtitulada en inglés (que vivan los sordomudos y sus subtítulos) y luego vimos la semifinal de X Factor. ( Se pulieron al único que me gustaba… que mala leche) y hale a dormir.

5 comentarios:

Facu dijo...

Eres una friki *-* Pero yo te quiero así.

QUIERO VOLVER A LONDRES y deberíamos volver Rossi, vos y yo u,u
Y cuando nieve *.*

Taqwa dijo...

¡¡¡Sería lindísimo!!!

Paps dijo...

YONOHABIALEIDOESTOOO *.*
Qué boniiito seríaaaa

Vicky:) dijo...

no esta mal pero tia eres mas friki k vamos xd

Taqwa dijo...

como que un poco bastante... pero bueno, tengo una sección que es el summum de la frikez, así que xDDDDDDDDDDDDDDD

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