Para quien me siga habitualmente sabrá que mi gran vicio son
las series, me trago un montón, unas buenas, otras regulares, otras malas. Hago
una gran cantidad de entradas en el blog sobre series, de hecho, si os fijáis
en las etiquetas veréis que quitando las anécdotas de mi vida, la categoría más
explotada es la de series. Veo series desde que puedo recordar, en su gran
mayoría americanas, he visto como tres series enteras españolas, y unas cuantas
británicas y otras canadienses. Todo el
fenómenos fan de series que hay ahora, contar capítulos y cosas así, antes no
existía, pero yo he sido siempre igual de obsesiva y cuando una serie me
gustaba no me podía perder ni un solo capítulo.
Por eso, hoy, a mis 25 años, reconozco que E.R. o Urgencias
en España, es a la serie a la que más cariño tengo, porque es a la primera que
vi, y porque crecí con ella.
Cuando vi el primer capítulo calculo que tendría unos siete
años, y mis padres me dijeron: vamos a ver una serie nueva, juega mientras
tanto o alguna cosa así, porque estoy segura de que mis padres hiper-responsables
de la muerte, no me dirían, ven a ver una serie donde cada día se desangra
alguien… pero el salón era pequeño, y supongo que yo me quedaría por ahí, y
algo me dice que encarada a la tele, porque recuerdo a Carol entrando en el
hospital, en camilla, porque se había intentado suicidar, y el pasillo, y lo
largo que era y las cabezas de todos dando órdenes… recuerdo ése capítulo muy
bien, y aunque con el tiempo he visto varias reposiciones de la serie, nunca
volví a ver ése capítulo, no sé por qué… así que es un recuerdo original.
Obviamente me enganché a la serie, y la veía con mis padres,
nos sentábamos todos, y nos metíamos maratones de tres a cuatro a episodios por
día, porque los grabábamos en VHS, tve era tan constante… un día la ponían a
las dos de la mañana, otro a las diez, otro la pasaban a la 2, pero no
importaba, nosotros la grabábamos y nos tragábamos toda la temporada en una
semana.
Mi primer crush de ficción fue con esta serie, creo que
siempre he estado completamente enamorada del Dr. Carter, que puede que no sea
especialmente guapo, era majísimo, joven y multimillonario. Yo quería que el
protagonista fuera él y veía esa sería porque quería saber qué le pasaría.
Mi primer ship fue con esta serie, el Dr. Carter tenía una
estudiante, Lucy, se odiaban, ergo, tenían que terminar juntos (sí, ya sé que
mi mente nunca ha sido muy normal), lo quería tanto…
Mi primer cliffhanger fue con esa serie, apuñalaron al Dr.
Carter y a Lucy, pensaba que me moría, el capítulo era a las doce de la noche y
mi madre me mandó a la cama mientras yo le monté un pollo tremendo porque
necesitaba saber que les pasaba a Lucy y a Carter. Ella como madre responsable
me mandó a la cama, yo como hija desnaturalizada, me puse una tele que
almacenábamos en mi cuarto (creo que estuvo como siete años en mi cuarto y yo
la encendí dos veces, una vez, porque estaba aburrida y vi lo que yo creía que
era una peli de domingo por la tarde y terminó siendo el piloto de Embrujadas,
y otra, la parte 2 del cliffhanger de
Urgencias) fue un drama absoluto, tuvieron que quitarle un riñón a Carter y
Lucy murió, creo que nunca lo superé, encima Carter se enganchó a los
medicamentos para el dolor, qué desastre.
La primera muerte de un personaje protagonista fue con esta
serie, y al son del ukelele de Israel kamakawiwo'ole, con su versión de
Somewhere over the rainbow – What a wonderful world, que luego han
sobreexplotado en todas partes, pero la primera vez que lo escuché fue ahí, y
desde entonces, cada vez que la oigo veo a Mark morir y a Rachel, Ella y
Elizabeth jugando en la playa.
Cuando llegamos a la temporada 14 anunciaron que la 15 sería
la última, ya teníamos Internet para ese entonces, y no sé si es que no
queríamos que terminara nunca, pero la dejamos, ahí, abandonada, la descargamos
y la hemos tenido en nuestros discos duros, tanto mi padre como yo desde… hace
tres ordenadores. Ésta semana decidimos que ya estaba bien, desde el domingo
pasado hemos visto una temporada y media de Urgencias y hoy se ha terminado.
Es como el fin de una era y de alguna forma todo ha
terminado como tenía que terminar. Carter, había dejado la serie como cuatro
temporadas antes y aunque había seguido saliendo esporádicamente no era lo
mismo, pero en ésta última temporada volvió, porque todo empezó con él y todo
tenía que terminar con él.
Durante la serie, cada vez que uno de los protagonistas
dejaba la serie, se ponía a jugar con el médico de mayor graduación a baloncesto en
la canasta de la entrada y le pasaba el balón, así sabías que le había pasado
el relevo. Recuerdo que mi corazón se rompió en mil pedazos cuando Carter le
pasó la pelota al Dr. Kovacs, pero me alegra decir que la serie ha terminado
con el Dr. Carter con la pelota en la mano, y si tengo que escoger un final,
ése es un buen final, con el estudiante convertido en el mentor.
Además, supongo que el destino se ríe de nosotros, pero
mientras veíamos a Carter con la pelota en las manos, han empezado a tirar
fuegos artificiales en mi vecindario (al parecer son las fiestas) y para mí ha
sido una señal, estábamos celebrando que Urgencias había crecido conmigo.
Os echaré de menos.
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